Lo más lindo de mis grupos de lectura es el placer que genera comentar y compartir puntos de vista sobre un buen libro. Se suma la dinámica de escuchar al otro, de sumar distintas opiniones, de enriquecer la lectura, de revisitar el texto, de conocer más al autor.
Hace muchos, (pero muchos) años, nos juntábamos 6 o 7 conocidos, cada 15 días, seguíamos un plan de lectura anual y analizábamos cada libro. Lo hicimos durante mucho tiempo. Después lo viví en España, donde es muy habitual. También lo hicimos con mi querido grupo literario de Vino de Libros.
Ahora, en esta nueva etapa, ya vamos por nuestro segundo año en el grupo de Montevideo (el de La Floresta lleva menos tiempo). Hemos cambiado de lugar, hemos pasado de la virtualidad al tapabocas, pero ahí seguimos. Nos divertimos, nos reímos, aprendemos. Pero sobre todo, leemos y disfrutamos de hacerlo. Y esto no es poca cosa en los tiempos que corren. Gracias a todos los queridos lectores y lectoras que me siguen en este disfrute.